Nombre del Libro-Artículo
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Prácticas inclusivas: experiencias,
proyectos y redes.
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Ficha No.
6.
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Autor:
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Odet Moliner (ed.).
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Pie de imprenta:
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Castelló de la Plana: Universitat Jaume,
2011.
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Datos Bibliográficos
Completos:
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Moliner Odet. Prácticas
inclusivas: experiencias, proyectos y redes. Castelló de la Plana:
Universitat Jaume, 2011. Odet Moliner (ed.).
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Localización: Lugar
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Biblioteca Luis Ángel Arango.
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Nombre
del Proyecto:
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Concepciones de maestros de instituciones
públicas de Bogotá.
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Elaborada por:
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Adriana Sequeda Cubides. Código Estudiantil:
85131233.
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CATEGORÍAS
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Sobre
la pedagogía de la inclusión
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Características de la
pedagogía de la inclusión
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“La educación
inclusiva, específicamente la pedagogía de la inclusión, se propone desde
hace algunos años como alternativa a la integración escolar. El reto de este
modelo de enseñanza es doble: en primer lugar, disponer en el aula ordinaria
de un currículo y servicios profesionales necesarios para el desarrollo de
los estudiantes con discapacidades o dificultades; en segundo lugar,
transformar los enfoques y practicas pedagógicas del profesorado de las aulas
ordinarias de modo que permita obtener, en la medida de lo posible, el mayor
nivel de integración educativa para el mayor número de estudiantes, independientemente
de su capacidad intelectual o características específicas”. Pág.26.
“La inclusión
escolar presupone un modelo pedagógico, la pedagogía de la inclusión,
dirigido al conjunto de alumnos de clase ordinaria. De hecho, la inclusión
escolar defiende la idea de que cada estudiante es único (Aucoin &
Vienneau, en preparación), y que las escuelas y el proceso de
enseñanza-aprendizaje deben organizarse de modo que cada alumno reciba una
educación adaptada a sus características personales y a sus necesidades
particulares (Ferguson, Desjarlais y Meyer, 2000)”. Pag.22.
“La pedagogía de
la inclusión propone un nuevo paradigma educativo (Isaacs, Greene y Valesky,
1995). El paradigma de grupo-clase, tradicionalmente concebido como “1x30”
(Un grupo relativamente homogéneo de 30 alumnos”, es reemplazado por una
nueva concepción de grupo-clase, que se podría ilustrar con la expresión
matemática de “30x1” (Treinta veces uno o treinta estudiantes individuales).
Podemos así resumir el reto que provoca el desarrollo de la pedagogía de la
inclusión, que consiste en pasar de “1x30” a “30x1”. Pág. 22.
“La práctica de
incluir a todo el alumnado tiempo completo con dificultades en una clase
ordinaria sin haber adoptado las transformaciones necesarias puede ser calificada,
en rigor, de inclusión. Pero el profesorado de la clase no debería pretender
que con ello está aplicando la
pedagogía de la inclusión. Así lo subraya con acierto Mara Sapon-Shevin: “hay
niños que aterrizan en la clase ordinaria en nombre de la inclusión pero en
realidad no se ha hecho nada para que esa clase sea inclusiva, salvo colocar
allí a un alumno con dificultades” (O’Neill, 1995: 4, traducción libre).
Schnorr (1997) insiste en recordar que la mera ubicación física del alumnado
con discapacidad en una clase ordinaria es una condición necesaria, pero no
suficiente para la inclusión escolar”. Pag.23.
“Otros insisten
en el hecho de que la pedagogía de la inclusión no debe constituir una
iniciativa separada para el alumnado con dificultades si no ser un componente
integral de los esfuerzos de reestructuración escolar que provocan mejoras en
el rendimiento de todo el alumnado (Kendrick y Labas, 2000)”. Pag.23.
“Para respetar el
derecho a aprender con sus compañeros y por los efectos positivos de la
inclusión entre los estudiantes en las clases ordinarias (Vienneau, 2004), el
esfuerzo de generalización de la pedagogía de la inclusión vale la pena”. Pág.25.
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“Una verdadera
pedagogía de la inclusión se sustenta en primer lugar en la cooperación y en
la consideración del carácter único de cada estudiante; también es una
pedagogía orientada a la participación y
la autonomía; una pedagogía que favorece la construcción y la
integración de los conocimientos” Pág. 23
“El postulado de
la cooperación es clave en la pedagogía de la inclusión. Esta cooperación se
manifiesta fundamentalmente a dos niveles. En primer lugar, considera
indispensable la colaboración entre los miembros de un mismo equipo docente
(por ejemplo, entre el profesorado de las clases ordinarias) así como entre
los grupos diversos de profesionales que trabajan en una comunidad escolar
inclusiva (Cross & Walker-knight, 1997)”Pág.24
“El postulado de
la unicidad nos recuerda el carácter único de cada estudiante…adoptando el
principio según el cual todo estudiante no aprende de la misma manera”Pág.24
“El postulado de
la participación y de la autonomía también tiene gran importancia en el
desarrollo de una pedagogía de la inclusión”Pág.24
“El ultimo
postulado…se refiere a la construcción y la integración de los conocimientos
(pedagogía integral y reflexiva)”. Pág.24.
“Desarrollar una
verdadera pedagogía de la inclusión en nuestras escuelas supondría, en cierto
modo realizar la revolución pedagógica con la que soñaba Gilhool en los años
70: “se acerca el día en el que la ley exija que la escuela se adapte a las
necesidades, a las capacidades, y a los intereses de cada niño y que no sea
el niño quien deba adaptarse a la escuela. Así, la educación especial se
volverá general y la educación general se volverá especial” (Gilhool, 1976,
citado por Vienneau, 2002:4)”. Pág. 23.
“Para que la
educación general pueda ser calificada de especial, debemos asegurarnos que
cada alumno con dificultades reciba las adaptaciones, los ajustes y las
modificaciones (Williams, 2001) necesarios para un aprendizaje de calidad”.
Pág.25
“Al menos dos
transformaciones se nos antojan indispensables para alcanzar este objetivo.
En primer lugar, para que la educación especial se vuelva general, deberemos
recurrir a una planificación más individualizada así como practicas
pedagógicas que permitan adaptarse a las características individuales de cada
alumno con o sin dificultades (lo que denominaremos prácticas de actualización) Para que la educación general pueda
ser calificada como especial, debemos asegurarnos de que cada alumno con
dificultades, incluido en una clase ordinaria, reciba un currículo y unos
servicios especializados para un aprendizaje de calidad (intervenciones especializadas)”. Pág. 23.
“En efecto, “Si
conseguimos crear una situación de aprendizaje eficaz para alumnos con
discapacidades en el ámbito de la enseñanza ordinaria, estaremos preparando
al mismo tiempo un contexto educativo ideal para todos los estudiantes” (Van
Steenlandt, 1995:4)”. Pág.26.
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domingo, 8 de septiembre de 2013
Ficha 6. Pedagogía de la Inclusión.
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